Los niños mienten, maquillan la realidad para hacerla a su medida. Cuando son pequeños, suelen mentir espontáneamente, sin ser conscientes, porque para ellos “esa mentira” es su verdad. Según crecen, empiezan a mentir para tapar sus faltas, para conseguir lo que quieren, para librarse de tareas… siendo conscientes del engaño y, para los padres es difícil detectar estas mentiras.
¿Cómo pueden saber los padres si los mienten los niños?
Paul Ekman es un experto en el tema mundialmente reconocido. Ha sido pionero en el estudio de las emociones y su relación con las expresiones no verbales, lo que se conoce como el lenguaje no verbal.
Ha estudiado los aspectos de la mentira para determinar por qué mentimos y como se pueden detectar las mentiras. Hizo un estudio para detectar las expresiones faciales de la gente cuando decían una mentira y desarrolló un “Sistema de codificación facial de acciones (FACS, son sus siglas en inglés) para clasificar todas las expresiones y micro expresiones del rostro humano que, según demostró, pueden utilizarse para detectar mentiras.
¿Por qué mienten los niños?
En su libro “Por qué mienten los niños: Cómo los padres pueden fomentar la sinceridad” comienza explicando como él mismo, experto mundial en detección de mentiras, fue engañado por su hijo. Esto le hizo plantearse sobre los motivos que llevan a los niños a mentir y cómo los padres reaccionan ante esas mentiras, en muchas ocasiones, como fue su caso, con sentimientos de culpabilidad.
Entrevistó a numerosos niños de varias edades que, de forma anónima, le contaron sus mentiras y los motivos que habían tenido para decirlas. En base a estas conversaciones, escribió este libro en el que los padres puedes descubrir los diferentes motivos que llevan a los niños a mentir, por qué unos niños mienten más que otros, qué hacer si se sospecha que están mintiendo, son unas mentiras peores que otras, es lo mismo mentir que ocultar información y cómo fomentar que digan siempre la verdad.
El diálogo es siempre una herramienta fundamental en la relación padres e hijos y, por tanto, lo es en el caso de que mientan. Saber cuál ha sido el motivo que ha desencadenado la mentira puede ayudar a fomentar la sinceridad. Por ejemplo, un niño que miente porque se siente avergonzado por haber mojado los pantalones y miente para “tapar su descuido” se sentirá aliviado si sus padres le hacen comprender que no pasa nada y, en la siguiente ocasión estará confiado para no tener que mentir.
También los niños imitan el comportamiento de los padres que muchas veces mienten, por ejemplo, para disculpar la no asistencia a una comida familiar, calificando estas mentiras como piadosas. Esto les da pie a los niños a mentir porque los padres lo hacen y no tiene consecuencias.
Junto con la conversación, establecer un entorno de confianza en el que los niños puedan sentirse seguros les ayudará a no recurrir a la mentira.
Te recomendamos la lectura de este libro porque te ayudará a comprender mejor las mentiras de los niños y cómo ayudarles a no tener que recurrir a ellas.
Referencias: Paul Ekman Group