El XIV Dalái Lama, Tenzin Gyatso es un símbolo de paz, amor y concordia en el mundo, Premio Nobel de la Paz en 1989 por su labor pacífica para la liberación del Tíbet. Siempre se ha mantenido firme en su postura de no-violencia. Ha recibido más de 150 distinciones en reconocimiento a su mensaje de paz, comprensión entre religiones, responsabilidad universal y compasión.
Según sus propias palabras, como ser humano, aboga por el cultivo de la calidez de corazón y de valores humanos como la compasión, el perdón, la tolerancia, la satisfacción y la autodisciplina. Como monje budista, Su Santidad se ha comprometido a fomentar la armonía entre las tradiciones religiosas del mundo. A pesar de las diferencias filosóficas entre ellas, todas las principales religiones del mundo tienen el mismo potencial para crear buenos seres humanos. Todas hablan de compasión.
El Dalái Lama es un firme defensor de la necesidad de cooperación entre naciones, religiones y grupos étnicos para erradicar la violencia y lograr la paz a nivel mundial.
«Una buena vida no solo significa buena comida, buena ropa, buena vivienda. Estas cosas no son suficientes. Lo que se necesita: compasión sin doctrinas ni complicadas filosofías, solo entendimiento de que los otros son hermanos y hermanas y tener respeto por sus derechos y dignidad».
En cuanto a los conflictos derivados por las diferencias religiosas, en varias ocasiones ha expresado que todas las religiones son válidas y se deben respetar, si bien hay diferencias entre las distintas tradiciones religiosas a nivel filosófico, estas diferencias no tienen por qué crear antagonismos, «estos a veces son influenciados por la cultura y otros aspectos que terminan en conflictos que luego son muy difíciles de sobrellevar o solucionar»; ha recordado el ejemplo del papa Juan Pablo II, quien convocó en Asís en 2002 una reunión interreligiosa con la intención de lograr la armonía entre las distintas religiones.
Compasión y amor
La compasión y el amor los valores primordiales que guían al Dalái Lama. La compasión hace posible acercar posturas en los conflictos, nos permite ponernos en la situación del otro y verlo como un ser humano como nosotros y darnos cuenta de que experimenta las mismas emociones, los mismos sentimientos y sufrimientos, de esta manera es más fácil poder mantener relaciones armónicas.
Sostiene que siempre hay algo que cada uno de nosotros puede hacer y nos anima a dar un primer paso para practicar la compasión con las personas dentro de nuestro círculo más cercano e ir ampliándolo hasta alcanzar la compasión universal, que nos conecta con todas las personas que conforman el mundo en el que vivimos.
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