Séneca y la virtud moral

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Desde la Fundación Torres y Prada hemos recogido unas breves reflexiones del filósofo Séneca que podemos conectar con el respeto a lo humano en su vivir en sociedad y en solidaridad. Su filosofía se encuentra en su obra maestra las Epístolas morales a Lucilio que constituyen una pedagogía en acción.

Biografía

Lucio Anneo Séneca nació en Córdoba, aunque no hay una fecha clara de nacimiento, pudo producirse entre el 4 a.C. y el 1 d.C. en una familia de la élite intelectual. A edad temprana se trasladó a vivir a Roma con unos tíos donde se formó. Con ellos viajó a Egipto donde completó su formación y tomó contacto con las corrientes filosóficas orientales.

Fue la figura más relevante del estoicismo romano, aunque incorpora también elementos del cinismo y del epicureísmo.

Algunas reflexiones

No fue un filósofo clásico ya que sus pensamientos no son de tipo metafísico, sino que su filosofía es eminentemente práctica, siendo su objetivo el encaminar a los hombres hacia la virtud. Su aportación principal tuvo lugar en el terreno de la ética: “tratando de prescribir las normas y modos de actuar, lejos de los vicios, para cuidarse de uno mismo, ser útil a los demás y tener un buen vivir sin temer la inexorable llegada de la muerte”.

“Defiendo la virtud moral como el único camino para alcanzar la felicidad”.

Séneca coincide con Epicuro en la importancia de extinguir los deseos desordenados, las ambiciones y la ira.

“Para ser feliz hay que vivir en guerra con las propias pasiones y en paz con las de los demás”.

Algunas de sus ideas resultaron revolucionarias para su época, como la apuesta por una fraternidad universal superando los límites de conceptos como patria o ciudad, o su rechazo de la esclavitud en un tiempo en el que los esclavos se utilizaban en todo el imperio.

Por estas ideas tuvo una gran influencia en generaciones posteriores: el Medievo y sobre todo en el Renacimiento, admirado como ideal de edificación moral, así como por su humanismo y la defensa de la igualdad de los hombres. También lo siguieron filósofos cristianos como San Agustín y San Jerónimo.

Afirmaba que los hombres deben ayudarse y tenerse afecto, hacer daño a los demás va en contra de la naturaleza. Además, debemos ser agradecidos por haber nacido y por todo lo que se nos da: nuestro objetivo siempre debe ser el bien común y el beneficio de la mayoría. Para él, cada alma humana es un átomo del alma universal, lo que nos convierte a todos los seres humanos en hermanos.

Animamos a leer las obras de Séneca porque sus escritos nos ofrecen una guía para ser mejores personas, ser mejores con los demás y vivir en armonía. Nos invita a sobrellevar la vida sin temor. Concibió su existencia como un camino hacia la virtud porque conocía sus propias flaquezas e imperfecciones.

Referencias:

  • Filosofía org
  • Biografías y Vidas
  • Real Academia de la Historia
  • Pública
  • Psicología y mente
  • El Mundo Cultura