Rosalía de Castro, pionera del feminismo

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Rosalía de Castro es considerada una figura fundamental de la literatura del siglo XIX que devolvió al gallego su carácter de lengua culta. Junto a Bécquer fue precursora de la poesía moderna y su influencia se extendió a la generación del 27. Además, fue una pionera del pensamiento feminista.

Sin embargo, no fue reconocida en su época por su condición de mujer y el hecho de escribir en gallego gran parte de su obra, hasta después de su muerte no llego el reconocimiento universal como una de las mejores poetas españolas.

Fue hija natural de Teresa de Castro, de familia hidalga y del sacerdote José Martínez, por lo que pasó sus primeros años al cuidado de sus tías paternas, aunque parece que su madre siempre estuvo pendiente ya que su madrina fue una sirvienta de la casa materna. En torno a los 8 años pasó a vivir con su madre con la que tuvo una estrecha relación, como refleja en su obra “La madre”.

La incertidumbre de sus primeros años de vida y una naturaleza enfermiza marcaron el carácter melancólico que se refleja en su obra.

Se casó con el periodista y escritor Manuel de Mungía que la apoyó siempre y la animó siempre en la publicación de su obra.

Según los investigadores de su vida y obra, fue su tía paterna quien le enseñó la lengua gallega y las poesías populares en este idioma. “Cantares gallegos” está considerada como la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea.

Sus novelas y poesías reflejan sus preocupaciones sociales por las duras condiciones de los pescadores y trabajadores del campo gallegos y sus inquietudes de carácter metafísico.

En su obra expresa su preocupación de tipo social por las duras condiciones de los pescadores y los campesinos gallegos y sus inquietudes de carácter metafísico que la enmarcan dentro de la literatura existencial. Muestra el retrato de la emigración gallega, tanto a Castilla como a América y una permanente denuncia social contra el clasismo o la exclusión, principalmente de las mujeres, lejos del idealismo que a veces ejercía la literatura popular.

“Sólo cantos de independencia y libertad han balbucido mis labios, aunque alrededor hubiese sentido, desde la cuna ya, el ruido de las cadenas que debían aprisionarme para siempre, porque el patrimonio de la mujer son los grillos de la esclavitud.

Yo, sin embargo, soy libre, libre como los pájaros, como las brisas; como los árabes en el desierto y el pirata en el mar”.

Su preocupación y defensa de las mujeres se muestra en la obra “Follas Novas” de 1880 en cuyo prólogo escribió “Lo que siempre me conmovió fue las innumerables cuitas de nuestras mujeres, amorosas criaturas con propios y extraños, llenas de sentimiento, tan esforzadas de cuerpo como blandas de corazón y también tan desdichadas que se dijeran nacidas sólo para soportar cuantas fatigas puedan afligir a la parte más débil y sencilla de la humanidad”.

Criticó las actitudes machistas de la época y las tradiciones gallegas que menospreciaban a la mujer; estas opiniones las reflejó en varios artículos periodísticos por los que recibió respuestas malintencionadas.  

Su importancia como escritora no sólo tiene que ver con su obra, sino con su forma de enfrentarse a la vida como se refleja en frases como estas:

“No importa que los sueños sean mentira, ya que al cabo es verdad que es venturoso el que soñando muere, infeliz el que vive sin soñar”.

“No son nube ni flor los que enamoran, eres tú, corazón, triste o dichoso, ya del dolor y del placer el árbitro, quien seca el mar y hace habitar el polo”.

“¡Cuán bella y caprichosa es la alegría!”

 “Cuál si en suelo extranjero me hallase, tímida y hosca, contemplo desde lejos los bosques y alturas y los floridos senderos donde en cada rincón me aguardaba la esperanza sonriendo”

Referencias:

  • Biografías.com
  • National Geographic
  • Canal historia tv
  • España es cultura
  • La Información
  • La Voz de Galicia
  • The Conversation.com
  • Cervantes virtual