Desmond Tutu fue un destacado líder religioso y activista sudafricano, conocido principalmente por su papel en la lucha contra el apartheid y su trabajo en favor de la reconciliación y la convivencia pacífica. Su enfoque se basó en la filosofía del Ubuntu, una creencia tradicional africana que enfatiza la interconexión entre las personas y la importancia de la comunidad.
Tutu fue el primer sudafricano negro en ser elegido y ordenado como Arzobispo Anglicano de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y luego Primado de la entonces Iglesia de la Provincia de África Meridional (actualmente Iglesia Anglicana de África Meridional).
Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1984; el Premio Albert Schweitzer de Humanitarismo en 1986; el Premio Pacem in Terris en 1987; el Premio de la Paz de Sidney en 1999; el Premio Gandhi de la Paz en 2007 y la Medalla Presidencial de la Libertad en 2009. Recopiló sus discursos en varios libros.
Se le adjudica la creación del calificativo Nación del Arcoíris para describir metafóricamente a la Sudáfrica posterior al Apartheid (en 1994 con el triunfo del ANC). La expresión se ha incorporado desde entonces para describir la diversidad étnica de Sudáfrica.
Desde la desaparición del apartheid, Tutu luchó contra el VIH/sida, la tuberculosis, la pobreza, el racismo, el sexismo, la homofobia y la transfobia, la campaña de la organización sobre el Tratado sobre el Comercio de Armas.
Trabajo en favor de la convivencia de Desmond Tutu
Dedicó toda la vida a la creación de un mundo en el que las personas pudieran ser libres para reclamar y ejercer sus libertades sin sufrir prejuicios ni persecución por ser quienes son. Defendió a las personas oprimidas, no solo de Sudáfrica sino también de otros lugares del mundo, asegurando que se pronunciaba por su libertad.
Tras el fin del apartheid y la llegada al poder en 1994 de Nelson Mandela, Desmond Tutu encabezó la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, un organismo que buscaba exponer las injusticias del apartheid y promover la reconciliación en lugar de la venganza, encargada de investigar los crímenes cometidos durante la segregación racial. Esta comisión se centró en la justicia restaurativa, buscando reparar el daño causado a través de la verdad, el perdón y la reparación, en lugar de la mera retribución.
Las conclusiones de los trabajos de la Comisión, que durante más de dos años tomó declaración a más de veinte mil personas, fueron presentadas por el mismo Tutu al presidente Mandela en 1998. La ecuanimidad de la Comisión quedó manifiesta en el hecho de que no acusó solamente a los gobiernos blancos precedentes, sino también a los movimientos de liberación, y entre ellos el Congreso Nacional Africano (ANC), el partido del propio Mandela.
El espíritu “Ubuntu”
Su concepto de Ubuntu, que puede traducirse como “yo soy porque nosotros somos” o sea, que una persona es persona gracias a los demás. Subraya la idea de que la humanidad de uno está intrínsecamente vinculada a la de los demás. Somos gracias a los otros, sean de la raza que sean, tengan una religión u otra o no la tengan, piensen como piensen. Según Tutu, este principio es fundamental para la convivencia pacífica, ya que fomenta el respeto y la compasión mutua. “Te necesito para ser yo mismo, igual que me necesitas para ser tú mismo”
Según dijo Tutu, toda la humanidad formamos una familia y, como miembros de esa familia no podemos desear el mal de los demás, ni ejercer la violencia hacia los otros, como no lo haríamos hacia nuestros hermanos. Incitó a los jóvenes a soñar con un mundo igualitario, sin violencia.
Diálogo e inclusión
Tutu creía en el diálogo como medio para resolver conflictos y promover la convivencia. Fomentó la idea de que todas las voces, incluyendo las de los perpetradores de crímenes y sus víctimas, deben ser escuchadas para alcanzar una comprensión mutua y construir una sociedad más justa y equitativa. Tutu defendía el poder del perdón como una herramienta para sanar y reconstruir sociedades fracturadas.
A lo largo de su vida, abogó por el activismo pacífico y no violento. Creía firmemente que la lucha por la justicia y la igualdad no debía recurrir a la violencia, sino que debía basarse en la dignidad y el respeto por la humanidad de todos.
Su legado
Desmond Tutu dejó un legado significativo en términos de cómo las sociedades pueden abordar el trauma colectivo y buscar una convivencia pacífica tras períodos de conflicto y división. Su trabajo ha influido en procesos de reconciliación en todo el mundo, demostrando que es posible lograr la paz y la justicia a través del perdón y el entendimiento mutuo.
La vida y obra de Desmond Tutu están profundamente ligadas a la promoción de la convivencia pacífica, la reconciliación y el respeto mutuo, valores que son esenciales para construir sociedades más justas y compasivas.
Contacto Fundación Torres y Prada
Imagen: Wikipedia Commons
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