Sobre la convivencia, la Constitución española afirma:
«La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social» (artículo 10.1 Constitución española).
“La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en el uso de su soberanía, proclama su voluntad de garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social” (BOE, 29-12-1978)
Aprender a convivir va ligado a aprender a vivir. Nacemos y crecemos dentro de un grupo y, desde que vemos la primera luz no estamos solos, por tanto, tan importante es adquirir los conocimientos vitales (comer, hablar, caminar…) como aprender a relacionarnos, a convivir, en la familia, escuela, círculo de amistades, y por ende en la sociedad.. La frase tan conocida “mi yo termina donde empieza el de los demás” nos habla de respeto, de no invadir la identidad del otro, de no imponerme sobre los demás, así como respetarme a mí mismo., pero tan importante es esto como aprender a que nuestros yoes se mezclen sin fricciones, que nuestros conflictos se resuelvan con respeto, sin violencia..
“En el contexto popular, el significado de la palabra convivencia se refiere no sólo a compartir vivienda o lugar físico, sino al reconocimiento de que los que comparten, por distintas razones, escenarios y actividades, deben intentar compartir también un sistema de convenciones y normas en orden a que la vida conjunta sea lo mejor posible o, al menos, no haya grandes conflictos.
Para ello es necesario que cada quién controle un poco sus propios intereses y comprenda los intereses de los demás. Se incluye el implícito de que la convivencia encierra un cierto bien común que es conveniente respetar; lo que favorece la espontánea resolución de conflictos de forma dialogada y justa”. (La convivencia, un modelo de prevención de la violencia, Rosario Ortega)
Los primeros aprendizajes los adquirimos, normalmente, en el seno de nuestra familia y solemos hacerlos por imitación, si nuestra familia es respetuosa, percibiremos el respeto como algo habitual y lo interiorizaremos.
“En una dimensión psicológica, de la que directamente haremos emerger la dimensión educativa, el concepto convivencia permite un cierto análisis sobre los sentimientos y las emociones que se exigen para relacionarse bien con los demás. Se trata de sentimientos de empatía emocional y cognitiva, que se adquieren cuando el aprendizaje y el desarrollo siguen ciertas pautas sociales de apegos, reciprocidad afectiva y elaboración de criterios morales sólidos. Una dimensión de pro-socialidad puede incluirse, pero es suficiente la dimensión social y moral que incluye el reconocimiento del otro como semejante y diferente al mismo tiempo”. (La convivencia, un modelo de prevención de la violencia, Rosario Ortega)
Posteriormente es en la escuela donde continuamos nuestro desarrollo y, por lo tanto, es en el ámbito escolar uno de los espacios donde aprendemos a vivir con los demás y donde se construye nuestra identidad cívica. Hoy podemos profundizar este aprendizaje, a través de las prácticas restaurativas, enseñanza en grupo para resolver los conflictos..
“En el ámbito escolar estos principios se traducen en una convivencia ordenada; en aprender a vivir con los demás, a respetar y asumir la igualdad de las personas, cualquiera que sea su raza, su ideología, su sexo o su religión. Entre los fines de la actividad educativa encontramos el pleno desarrollo de la personalidad del alumno; la formación en el respeto de los derechos y libertades fundamentales y en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad, todo ello dentro de los principios democráticos de convivencia.” Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar
Que el niño adquiera estas habilidades para la convivencia es fundamental para su desarrollo en la sociedad y, a nivel escolar, supone una potente herramienta para evitar los comportamientos violentos, que por desgracia se están extendiendo en las aulas. Además, aprender a convivir y aprender en un clima de respeto sirve para mejorar el aprendizaje y el rendimiento académico, en suma, al desarrollo integral como persona.
Por eso es tan importante trabajar la convivencia a todos los niveles: en la familia, en las aulas, en los centros de trabajo, en los grupos sociales, de amigos… no solo se mejora la “vida social” sino también el desarrollo personal. Es el objetivo por el que trabajamos en la Fundación Torres y Prada mediante talleres en los colegios, con dinámicas en las que el juego, el deporte, la música se utilizan como herramientas para favorecer la convivencia, mediante cursos y conferencias de reconocidos profesionales.
Recursos para trabajar la convivencia en centros escolares
En nuestra sección BIBLIOTECA tienes pdfs para descargar de forma gratuita y puedes hacer un donativo para que podamos seguir trabajando en la convivencia armónica.
Además, puedes consultar:
Otros enlaces de interés:
INJUVE (Promover la convivencia en los centros educativos: el protagonismo del alumno)
UNESCO (Poner fin a la violencia en la escuela. Guía para los docentes)
OBSERVATORIO DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA DE ANDALUCÍA, Junta de Andalucía